No le temo a mi atrevimiento de aconsejar
He estado desde mi blog La Pregunta ofreciéndole consejos al joven Presidente nuestro, sin que éste lo haya pedido, y como ocurre siempre es posible que no merezca caso alguno. Los rufianes que tanto abundan en la política suelen calificar esas iniciativas de un modo desconsiderado: “Por estar de fresco, se mete en camisa de once varas, porque eso no le concierne.” Es su manera burda de calificar la ocurrencia, que a mí nunca me ha intimidado las otras veces que lo supe hacer.