Por: Olmedo Pineda
La reciente denuncia del Partido de la Liberación Dominicana en torno a la entrega de los Bonos Navideños y la respuesta ofrecida por el Ministro de la Presidencia ha generado una gran frustración en la ciudadanía, especialmente en aquellos que esperaban con esperanza el apoyo prometido por el gobierno del presidente Luis Abinader. Un esfuerzo que se planteaba como un alivio para miles de familias se ha visto truncado, y con ello, también han surgido dudas sobre la responsabilidad de los funcionarios encargados.
El presidente Luis Abinader, en su afán de llevar un apoyo directo a las familias más necesitadas, confiaba en que este programa sería una muestra del compromiso del gobierno con la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos. Sin embargo, se denunció que parte de los bonos no llegaron a su destino, y la frustración y desconfianza no se hicieron esperar.
En este contexto, José Ignacio Paliza, ministro de la Presidencia, salió a dar la cara ante los medios, con el objetivo de proteger la imagen del presidente. Sin embargo, es necesario que los responsables directores del Gabinete de Política Social, encargados de la distribución de los Bonos, ofrezcan explicaciones claras sobre lo sucedido. La falta de transparencia en situaciones como esta solo genera más incertidumbre y desconfianza entre los ciudadanos, quienes tienen todo el derecho a conocer la verdad sobre el retraso y la entrega incompleta de los bonos.
Es importante destacar que el sistema de distribución debería haber sido mucho más eficiente, especialmente cuando los beneficiarios ya estaban identificados. Si el gobierno contaba con los recursos y los equipos necesarios, la logística para entregar los bonos de manera oportuna no se debió haber sido un problema. Esto resalta la frustración de muchos ciudadanos, quienes, como ha señalado algunos, podrían haber repartido los bonos de manera más directa y rápida, sin los obstáculos burocráticos.
Este incidente subraya la necesidad de un sistema más ágil y responsable en la entrega de ayudas, y un mayor compromiso con la transparencia por parte de los funcionarios públicos.
El gobierno tiene una oportunidad importante para rectificar, asumir la responsabilidad y mejorar los procesos para que no se repitan errores similares en el futuro.
La ciudadanía merece explicaciones sobre la reciente debacle en la entrega de los bonos navideños, algo que ha generado una gran frustración en la ciudadanía, que confiaba en que este apoyo del gobierno llegaría a quienes más lo necesitaban. Lo que se esperaba como un gesto de solidaridad, ha dejado dudas y desconfianza entre los ciudadanos.
El presidente Luis Abinader, con buenas intenciones, lanzó esta iniciativa para aliviar la carga de miles de familias dominicanas durante las fiestas navideñas. Sin embargo, fue ratificado que todos los bonos no llegaron a su destino y la respuesta del gobierno ha sido insuficiente para calmar la inquietud generalizada.
Es fundamental que los directores responsables del Gabinete de Política Social sean quienes ofrezcan las respuestas que la población demanda. La falta de transparencia en este tipo de situaciones solo incrementa la desconfianza, y es imperativo que se aclare lo sucedido, no solo con palabras, sino con claras y contundentes.
La logística de distribución de los bonos debería haber sido mucho más eficiente, especialmente cuando ya se tenían identificados a los beneficiarios. La ciudadanía no puede seguir esperando explicaciones vagas. Es injusto que un esfuerzo tan importante, que involucró recursos y preparación, termine generando más incertidumbre que soluciones.
Repartir los Bonos de manera rápida y directa no es una tarea imposible, y si otros sectores de la sociedad han logrado hacerlo de forma efectiva, ¿por qué no ha podido el gobierno? La falta de eficacia en este proceso refleja fallos serios en la ejecución de un programa que se planeó para ayudar, pero que ha acabado generando más preguntas que respuestas.
La ciudadanía merece explicaciones claras y detalladas, no solo sobre los motivos del retraso, sino también sobre los pasos a seguir para garantizar que el resto de los bonos se entreguen de manera efectiva. Las palabras deben ir acompañadas de acciones, y el gobierno debe demostrar que tiene la capacidad para cumplir con lo prometido.